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6 errores que cometen los padres cuando se enteran de que su hijo está viendo pornografía

La primera vez que encontré pornografía en la computadora de mi esposo, mi cuerpo se llenó de pavor, una sensación de vacío en la boca del estómago. Me temblaron las manos y mis ojos se llenaron de lágrimas. Estaba enojada, herida y asustada, todo al mismo tiempo.

Si alguna vez has encontrado pornografía inesperadamente en el dispositivo de tu hijo, es posible que hayas sentido la misma sorpresa. Dado que la mayoría de los niños verán pornografía antes de los 18 años, muchos padres como tú se enfrentan a esta angustiosa experiencia. Afortunadamente, existen excelentes recursos que nos ayudarán a aprender cómo manejar esto.

Mi esposo cayó en la trampa de la pornografía a través de revistas y videos con mala calidad de imagen, mientras que los niños de hoy solo tienen que sacar el dispositivo que llevan en el bolsillo para acceder a contenido pornográfico. Necesitamos diferentes herramientas para proteger a nuestros hijos ahora, pero una cosa no ha cambiado: la importancia de la relación entre padres e hijos. De la experiencia de mi esposo, aprendimos que la comunicación es clave, la vergüenza es perjudicial y los límites son esenciales.

Los errores graves que cometen los padres cuando sus hijos ven pornografía

Aquí hay seis cosas que no debes hacer si descubres que tu hijo está consumiendo pornografía.

No te entristezcas si has cometido algunos de estos errores. ¿Adivina por qué están en la lista? ¡Porque son reacciones naturales que tantos padres han expresado! Si alguna vez ha recibido algunas de estas respuestas, simplemente diles a tus hijos que has aprendido más al respecto y que te gustaría volver a intentarlo otra vez con ellos.

1. Recurrir a la vergüenza como factor disuasivo.

Solía pensar que si hacía que mis hijos se sintieran lo suficientemente mal por sus errores dejarían de cometerlos. Ahora sé que decir cosas para avergonzarles como “¡No puedo creer que hayas hecho esto!”, podría ser tan dañino como lo que estaban haciendo.

¿Por qué? Porque con el tiempo, finalmente se verán a sí mismos como un niño malo en lugar de un niño bueno que tomó una mala decisión. Esa vergüenza lleva a los niños a esconderse. Y esconderse impide que los niños reciban la ayuda que necesitan.

La mayoría de los niños automáticamente sentirán algún tipo de vergüenza por ver algo inapropiado. Para ayudar a los niños a superar la vergüenza y hablarnos libremente, podemos hablar de maneras que les ayuden a saber que se les quiere incondicionalmente, sin importar las decisiones que tomen.

¿Cómo se puede diferenciar entre etiquetar a un niño y etiquetar su comportamiento? Podría sonar así:

Lenguaje empleado para causar vergüenza comparado con expresiones útiles que busca cambiar el comportamiento: “¡No puedo creer que hayas hecho esto!”. “Lamento que te hayas enfrentado a esto. ¿Cuáles son algunas de las consecuencias de tu decisión?”. “¡Estoy tan decepcionado contigo! Sólo los niños malos se meten en este tipo de cosas”. “Ayúdame a entenderlo: ¿cómo te sentiste cuando decidiste hacer esto? ¿Cómo te sentiste después?”. “¿Qué te hizo pensar que esto estaba bien?”. “Es difícil saber qué hacer en situaciones como ésta. Si te encontraras otra vez en esa situación, ¿qué crees que harías?

Los niños que se sienten amados y aceptados son los niños que pueden tomar decisiones diferentes la próxima vez.

2. Ignorar el problema.

Hay dos razones por las que los padres a veces no hablan con sus hijos incluso cuando saben que han visto pornografía.

Algunos padres sienten que la pornografía es una parte normal del crecimiento y del aprendizaje sobre la sexualidad. (Desafortunadamente, la pornografía se ha vuelto tan violenta y degradante que los niños pueden aprender lecciones muy inquietantes y perjudiciales sobre el sexo en línea).

Otros padres se sienten abrumados por el miedo porque no saben qué decir ni cómo reaccionarán sus hijos.

Sé que es difícil tener conversaciones difíciles con los niños. Yo también he tenido enormes nudos en el estómago que me dicen que me sentiría mejor si pasara a un tema más fácil.

¡Aprovechar la incomodidad para establecer límites para nuestros hijos dará sus frutos! Los niños necesitan que un padre los ayude a desentrañar esas imágenes dañinas y que les explique por qué son poco realistas, irrespetuosas y manipuladoras.

Por eso hay que hablar de inmediato si nuestro hijo mira pornografía.

Una excelente manera de comenzar a hablar con los niños es leer un libro juntos. Nuestro libro más vendido en Amazon Imágenes buenas, Imágenes malas: Protegiendo a los más pequeños contra la pornografía lo hace más fácil.

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3. Quitarles la tecnología.

A veces, cuando encontramos pornografía por primera vez en el dispositivo de nuestro hijo, nuestra reacción inmediata es quitarle todos los dispositivos, aplicaciones y acceso a Internet que podrían ser una puerta de entrada a la pornografía.

Si bien las reglas y los límites son necesarios, haremos bien en ser sensibles a la cultura de internet de nuestros hijos. Cuando los preadolescentes y adolescentes han crecido comunicándose con sus amigos a través de las redes sociales, cortar ese acceso puede en realidad generar aislamiento. Y como revela este vídeo de estudio social, lo opuesto a la adicción es la conexión.

Además, si los niños temen que les quiten la tecnología por completo, será más probable que oculten su exposición a la pornografía.

Y, por último, es mejor que tus hijos aprendan a usar la tecnología de manera inteligente bajo su tutela, en lugar de dejarles cometer errores solos cuando se vayan de casa.

Entiendo la sensación de querer bloquearlo todo por completo. Pero si nos volvemos agobiantes y temerosos, podemos alejar a nuestros hijos de nosotros. Sin duda, es una cuestión de equilibrio.

Ten conversaciones sobre lo que crees que es seguro. Pregúntales qué creen que es seguro. Establece reglas y responsabilidad con la tecnología de sus hijos. Practica situaciones que puedan encontrar en línea y pregúntales cómo podrían manejarlas. Si no lo saben, estarás ahí para guiarlos.

Contenido relacionado (en inglés): Raising Kids to Make Good Choices: 3 Surprisingly Simple Steps

4. Hacer suposiciones erróneas.

Cuando entramos en modo pánico, a veces nuestra imaginación se vuelve loca. Fácilmente podemos comenzar a creer lo peor acerca de cómo nuestro hijo estuvo expuesto a la pornografía, por qué la vio y todas las demás cosas que pueden estar tratando de ocultar.

Cuando descubras que tu mente comienza a seguir los miedos en lugar de los hechos, ¡detén el hilo de tus pensamientos! No es necesario que asumas que tu hijo:

  • Está buscando pornografía activamente.
  • Es adicto a la pornografía.
  • Se está rebelando contra ti.
  • Está intentando engañarte deliberadamente.
  • Va camino de convertirse en un delincuente sexual.
  • Está destinado a fracasar en todas las facetas de la vida.

Si te pones a buscar información sobre la adicción a la pornografía, encontrarás muchas historias desgarradoras junto con consejos de recuperación e investigaciones sobre adicciones. Los peores escenarios pueden hacernos temer y sospechar, pero probablemente nunca se apliquen a tu hijo.

A fin de cuentas, muchas de las historias más tristes sucedieron porque nadie ayudó a un joven cuando tenía una buena oportunidad de cambiar. Tienes la oportunidad de hablar con amor y calma con tus hijos, que es exactamente lo que necesitan para retomar el rumbo.

5. Culparte por todo.

Durante mucho tiempo, vi el comportamiento de mi hijo como un reflejo de mi capacidad como madre. Si eran malos con otro niño, me culpaba a mí misma. Claramente, pensé, si fuera una buena madre, ellos serían amables todo el tiempo. Una forma de pensar un tanto ridícula, ¿verdad? Nuestro trabajo es guiarlos y ayudarlos a convertirse en buenos ciudadanos, pero ellos no son nosotros. Nuestros hijos no son una extensión de sus padres. Son personas con identidad propia y, como tales, sus elecciones y experiencias son suyas.

Si descubres que tu hijo mira pornografía, es natural que des un paso atrás y pienses: “¿En qué me equivoqué?”. Sentirse abrumado por el remordimiento puede impedirte ser el progenitor que tu hijo necesita en este momento.

Es mejor preguntarse: “¿Cómo puedo ayudar a mi hijo mirando hacia adelante?”. Lo hecho, hecho esta. Es duro. Sería perfecto si pudiéramos intervenir siempre y arreglarlo todo antes de que nuestros hijos tuvieran problemas, pero no fuimos diseñados para estar siempre pegados a ellos o, de lo contrario, nuestros hijos habrían venido equipados con Velcro.

El hecho de que tu hijo haya visto pornografía no te convierte en un “mal padre o una mala madre”, como tampoco lo convierte a él o ella en un “mal niño”. Regodearse en nuestra propia vergüenza sólo refuerza la vergüenza que probablemente esté sintiendo tu hijo. Acepta lo que ha pasado y dedícate a ayudarle. 

Lo más importante es cómo se siente tu hijo y el refuerzo de cuánto lo amas y te preocupas por ellos, pase lo que pase. Amar incondicionalmente a tu hijo te cambia la vida, como también descubrió esta madre.

6. Tener una sola conversación y “tema resuelto”.

Ahora que ha tenido esa primera charla sobre la experiencia de tu hijo con la pornografía, es fundamental hacer un seguimiento periódico para ver cómo les está yendo. El destacado terapeuta especializado en adicción a la pornografía, el Dr. Adam Moore, anima a los padres a entablar varias conversaciones con sus hijos sobre la pornografía.

Hablar al respecto no es algo que ocurra una sola vez, porque la pornografía nunca es una amenaza aislada. En el pasado, demasiados padres pensaban que sus hijos nunca volverían a ver pornografía después de haber sido “pillados”.

Lo entiendo: es una conversación incómoda y nada rutinaria para la hora de la cena. Intente mencionarlo en el auto cuando estén solos. ¡No tener que mantener contacto visual puede ser un gran alivio para los niños cuando tienen que hablar de cosas difíciles!

¿Necesitas algunas preguntas para empezar? Recordarles a tus hijos que estás ahí para ayudarlos, no para hacerles sentir mal, siempre es un buen punto de partida. Prueba con las siguientes:

  • Desde la última vez que hablamos, ¿cómo te va con el asunto del porno?
  • ¿Te has sentido tentado a buscar porno? Si es así, ¿qué haces? ¿Podemos intercambiar algunas ideas nuevas si las necesitas?
  • ¿Siguen regresando los pensamientos sobre lo que ha visto? ¿Qué haces cuando eso sucede? ¿Cómo puedo ayudar?

Este asunto es clave: todos sabemos que los filtros de Internet y las restricciones de aplicaciones no son una fortaleza inexpugnable contra la pornografía, por lo que es mejor combinar las herramientas con la conversación. De hecho, fue a través de muchas, muchas conversaciones profundas conmigo, con sus amigos cercanos y con Dios que mi esposo realmente se liberó de su adicción.

¡Que no te pillen con la guardia baja! Es completamente comprensible que encontrar pornografía en el dispositivo de su hijo o escucharlo confesar su problema pueda hacer que su corazón dé un vuelco. Naturalmente, tendremos primeras reacciones emocionales, pero si estamos preparados podremos rápidamente convertirnos en los padres tranquilos y afectuosos que queremos ser. Pensar esto detenidamente con antelación puede marcar la diferencia y convertir una posible confrontación en un momento de potente conexión.